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domingo, 10 de noviembre de 2013

Capitulo 3-La historia de mi madre y El Rey León.


Mis ojos estaban abiertos como platos, no podía creer lo que estaba viendo. Todo parecía un sueño, pero este sueño no era mentira...Era, verdad.

 -Hola, Ana. Yo soy tu tía Lou Teasdale, el es Tom y la pequeña que esta con el abuelo Lux-Dijo 
sonriente.
 -Ho-Hola, yo soy Ana-Dije nerviosa e incrédula  No me podía creer lo que estaba pansando.
 -Te pareces mucho a tu madre-Dijo Lou dandome dos besos.-Tu madre, sería muy feliz contigo.

No sabía que responderle, no había conocido a mi madre y solo la había visto en una o dos fotos. Nunca había visto más fotos de ella o me habían hablado de ella. Por lo que solo me limite a sonreirle.

 -Bueno yo soy Tom como ya te ha dicho tu tía-Dijo extendiéndome su mana.
 -Encantada Tom, soy Ana-Dije dándole la mano.
 -Lux, ven aquí-Llamo Lou a la pequeña-Mira esta esta es la prima.

La pequeña se acerco, llevaba un peto rosa,  la camiseta a juego con este y de calzado no llevaba, solo unos calcetines. Suponía que los zapatos estaría por algún lugar de la habitación. 

 -Hoda-Dijo la pequeña abriendo su brazos.
 -Hola, pequeña-Dije cogiéndola en brazos
 -Edes guapa-Dijo la pequeña sonriente.
 -Gracias, tu también y además eres muy mona-Dije dándole un golpecito con el dedo índice en la nariz. 

La volví a dejar en el suelo y se volvió con el abuelo y la abuela a jugar. Mire a Lou que sonreía ampliamente y había terminado de hablar con Tom de algo.

 -¿Puedo hablar contigo?-Me pregunto Lou.
 -Claro-Conteste sonriente.
 -Entonces vamos, cojo mi bolso y salimos-Dijo Lou sonriente.

Cogió el bolso, que estaba sobre la mesa del salón, primero se despidió de Lux y luego de Tom. Lux, lloró porque quería venirse con nosotras, pero Tom le prometió que irían al parque si paraba de llorar y lo hizo. Salimos del salón, pasamos por el recibidor y salimos de la casa.

 -¿A dónde vamos?-Le pregunté.
 -Vamos a un Starbucks y allí te cuento todo lo que te tengo que contar.
 -Vale-Dije mientras caminábamos

El camino al Starbucks, era demasiado silencioso y eso a mi me estaba asustando. No sabía lo que me quería decir. También me estaba poniendo nerviosa porque estaba al lado de Lou Teasdale, estilista de One Direction y también mi tía. Son muchas emociones, la que me están pasando en un día.

Estaba tan absorta en mis pensamientos, que no me había dado cuenta que ya habíamos llegado. Entramos dentro del Starbucks y nos sentamos en una mesa.

 -¿ Queréis tomar algo?-Nos pregunto un chico.
 -Eh, si yo quiero un frappuccino de fresa-Dijo Lou-¿Y tú Ana?
 -Un zumo de naranja natural-Conteste.
 -Ahora os lo traigo-Dijo el chico y se fue.

El chico no tardo en venir con el pedido y la tía Lou se lo pagó, ya que a mi no me dejo hacerlo.

 -Bueno...-Dije mientras le daba un sorbo al zumo desde la pajita-¿Qué es lo que querías contarme?-Pregunte.
 -Verás, te voy a contar toda la historia de tu madre, ya que la abuela me lo pidió-Respondió.
 -Adelante-Dije sonriendo. Por fin alguien me iba a hablar sobre ella y lo que llevaba deseando desde hace mucho tiempo.
 -Tu madre era cuatro años  mayor que yo, y ella te tuvo con tan solo 20 años. Tu padre, quería que abortara y no te tuviera. Pero ella se negó rotundamente, porque la criatura que llevaba dentro de ella, no tenía culpa de nada-Dijo haciendo una pausa-Solo era culpa de ellos y sobre todo de tu padre ya que la forzó a hacerlo-Mis ojos estaban humedeciéndose poco a poco-Ella siguió en adelante con el embarazo y a veces tu padre la maltrata, no pegándole, si no psicológicamente. Eso era peor, que una paliza y le decía de toda palabrería-Hizo una  una gran pausa y cogió aire-El día que te tuvo, el tuvo la culpa de que tu mama muriera  También nos impidió cualquier tipo de comunicacion contigo, pero los abuelos no se rindieron porque sabía que te pegaba, ya que se lo informaba una de tus vecinas. Entonces ellos recurrieron ante la justicia y ahí fue cuando ganaron tu custodia-Dijo haciendo una breve pausa-Tu padre como bien sabes es drogadicto y alcohólico  ese día fue la última vez que te pego y volvió a ver.

Dios, no me podía creer eso y me quejaba yo de lo que me hacían. Mi madre lo paso peor que yo y todo por estúpido y cabrón de mi padre. Mis ojos eran un río de lágrimas, no podía parar. Lou, se sentó a mi lado y me abrazo.

 -¿Entonces solo fui un error?-Pregunte mientras lloraba desconsoladamente.
 -No, para tu mamá nunca fuiste un error, tu ibas a ser su bebé y niña consentida-Dijo abrazándome y secándome las lágrimas.
 -No lo creo. Mi padre quería que abortara-Dije mientras paraba de llorar.
 -Tu padre era un gran hijo de puta-Dijo Lou-No quería ni siquiera a tu mamá, solo la usaba como un objeto.
 -Pero, aun así...
 -Ni peros ni nada, no fuiste ningún error y sonríe, si no ya me encargo de hacerlo yo.
 -No puedo...Después de eso, no puedo sonreír, no.
 -¿Qué no?-Pregunto-Ahora veras.

Empezó a hacerme cosquillas por todos los lados y yo empecé a reír sonoramente. No paraba de hacerme cosquillas y no podía apartarla de mi. Por mucho que luchará por quitarla y que no me hiciera cosquillas, perdía. Porque cuando me hacen cosquillas, todas mis fuerzas se van. Es como si no tuviera, ni una pizca de fuerza y las cosquillas eran unos de mi puntos débiles.

 -¡Para!-Conseguí decir.
 -Lo hago, pero con una condición-Dijo apartándose-¡Sonríe!
 -No puedo-Dije poniéndome bien el pelo.
 -Que te vuelvo a hacer cosquillas-Dijo amenazante.
 -¡NO!-Me apresure en decir-Mira ya lo hago-Sonreí. 
 -Así me gusta, ves así estas mucho más guapa-Dijo pellizcándome las mejillas.
 -¡Au, para!No me pellizques, no soy un bebé tía Lou-Dije quejándome.
 -Ups, lo siento, no lo volveré hacer-Dijo riendo.
 -Eso espero-Dije masajeandome mis mejillas-Por cierto tu, ¿dónde estabas cuando los abuelos se hicieron cargo de mí?-Me atreví a preguntar.
 -Con ellos, pero tu como eras un bebé y cuando me fui a Londres a estudiar, tan solo tenías un año-Dijo Lou sonriente.
 -Ah, creía que nunca te había conocido-Dije terminando mi zumo de naranja natural.
 -No lo hiciste, porque eras una bebé llorona, dormilona y quejica-Dijo riendo.
 -¡Oye, yo no era así!-Dije sacándole la lengua.Luego me volví a venir abajo-¿Me pegaba cuándo tan solo era una bebé?-Le pregunté.
 -Desgraciadamente, ese capullo si lo hacía-Dijo serie y apretando su puños-Pero no hablemos de él, hablemos de ti-Sonrió.

Estuvimos hablando de mí, mientras salimos del Starbucks y fuimos a por pizza a una pizzería cercana para cenar, ya que era esa hora. Creía que sabía poca cosas de mí, pero se sabía bastantes y hasta sabía que me cortaba. Me hizo enseñarle las pocas heridas que me quedaba de cortarme y me dijo que no lo volviera a hacer y que ya no estaría nunca más sola. Pero todo eso se lo sabía por Ash, ellas dos se conocían y Ash, no me dijo nada. Encima cuando le pregunté, me negó que no la conocía. La mataría cuando la viera mañana, porque me acababa de mandar un mensaje diciendo que iba a casa de sus abuelos con su madre. Pero aún mi gran pregunta era, ¿cómo se conocían y por quién? 


~~~

Llegamos a la casa, ya estaba la mesa puesta porque la pusieron Tom y Lux para cuando llegáramos con las pizzas. Deje la única pizza que llevaba sobre la mesa y la tía Lou dejo, las otras dos que llevaba.

Nos sentamos en la mesa, yo me senté entre medias de Lux y de la tía Lou. La pequeña se había encabezonado en que quería estar a mi lado y que yo le diera de comer. Era una monada y quién no querría a la famosa Lux, como prima o hermana. Era muy graciosa, aunque también  termino llenándome la cara de tomate. Pero se reía y eso me gustaba. Porque nunca había echo reír a nadie  y con ella me lo pasaba genial.

Después de terminar de cenar, recogimos la mesa y el abuelo se quedo lavando los platos, aunque Lou y yo le dijimos que nos dejará a nosotras. Pero hizo caso omiso, como si fuéramos invisibles o una pared.

Tom y Lou, se fueron a dar una vuelta y a mi me dejaron al cuidado de la pequeña Lux.

 -¿Qué quieres que hagamos?-Le pregunte cuando nos quedamos solas.
 -Quero ve estas pedis-Dijo dejando tres DVDs sobre el sofá que me encontraba sentada. 
 -Es tarde solo podemos ver una-Le dije.
 -Joo...-Dijo cruzándose de brazos.
 -Lo siento peque, pero como no estés durmiendo ya mismo tu mamá me mata-Dije haciendo una mueca-Elige una y la vemos. Las demás la vemos otro día, ¿vale?
 -Vade, esta-Dijo señalando la del Rey León.
 -Buena elección-Dije levantándome y cogiendo los DVDs.

Me acerque a la tele, metí el DVD del Rey León  y mientras se cargaba, deje los otros dos DVDs en su sitio. Cuando la peli ya se cargo y salía el menú le di al play.

Me senté en el sofá y puse a Lux a mi lado. Miraba la peli con gran atención y reía alguna veces. Volví a mirar hacía la tele e hice igual que la pequeña. La había visto un motón de veces ya, pero no me cansaba.

En la parte que cantaban Hakuna Matata, Lux se bajo del sofá y empezó a cantar la canción, mientras
daba vuelta en círculos. No se le entendía muy bien, ya que no sabia hablar y pronunciar aún del todo bien.  Empecé a reír, estaba muy graciosa y para ser tan pequeña era divertida y muy granujilla. Me hizo hacer lo mismo que ella y cantar la canción.

Cuando esa parte termino nos volvimos a sentar, pero esta vez Lux, se sentó sobre mi regazo acurrucando su cabeza sobre mi pecho.. Mirábamos la película y Lux se le escapó un bostezo. Le acariciaba su escaso y suave pelo mientras la veíamos El Rey León.

Cuando la película termino, Lux estaba dormida y no me había dado cuenta hasta ahora. La cargue en brazos y me acerque como antes a la tele. Saque el DVD y apague la tele.

Salí del salón mientras aún llevaba a Lux entre mis brazos y subí las escaleras. Al llegar a mi cuarto, la deje sobre mi cama. Cogí el pijama que me había dejado su mamá y se lo puse cuidadosamente para no despertarla. Luego metí a Lux en la cama y la puse en el lado que daba a la pared, por si se movía que no se cayera.

Luego me cambié y me puse mi pijama. Antes de meterme en la cama, fui al baño y me lave los dientes. Volví a la habitación y me metí en mi cama al lado de Lux.

Me mordí el labio y reí para mi. No me podía creer que todo esto era cierto, pero no era un sueño, si no que era la pura realidad.